A sus 10 años, Felipe de Jesús Moreno Zúñiga, era apasionado del futbol soccer y su sueño era convertirse en un futbolista profesional y famoso como su ídolo Javier “El Chicharito” Hernández.
Sin embargo, hoy será sepultado, pues el viernes una bala perdida le arrebató la vida a su corta edad, cuando ayudaba a su papá a vender burritos en un negocio en la Plaza Zaragoza de la calle Ramón Rayón.
Felipe era velado anoche en una funeraria al suroriente de la ciudad. Encima de su ataúd se encontraba una pelota de futbol y el uniforme con el número cinco, con el que jugaba todos los domingos en la posición de medio.
Su padre, del mismo nombre, mencionó que el niño siempre le insistía en que lo dejara acompañarlo a ayudar con la clientela, y como ese día no tuvo clases lo dejó que fuera con él.
“Le gustaba decirle a la gente: pásele, pásele, de qué quiere”, platicó con voz entrecortada el padre, quien agregó que su hijo tenía mucho espíritu de servicio y era muy sociable con los clientes.
Relató que el día que sucedieron los hechos salieron temprano y en el camino Felipe recordó que había olvidado su juego de video, el FIFA 2010, y le pidió que se devolvieran.
“Yo le dije, ya no podemos regresarnos hijo, porque venimos tarde. Y después pasó lo que pasó”, expresó.
Su hijo cursaba el cuarto grado de primaria en la escuela Ramón Rebolledo, ubicada en la calle Palacio Mitla y Paquimé, y decía que cuando estuviera grande pensaba jugar futbol profesionalmente.
“Me decía, papi, yo te voy a comprar una troca”, mencionó, mientras apoyaba su cuerpo en un estante, como si le faltaran las fuerzas.
Felipe no se perdía los juegos de la selección ni del Manchester United, para ver jugar a Javier Hernández.
Hace meses, ambos se encontraban en un car-wash cuando intempestivamente llegaron varios sujetos y le dieron muerte a otro, a metros de donde estaban ellos.
“Desde ese día me decía, ‘papá, yo no me quiero morir’, yo le decía que no dijera eso, pero mi hijo le tenía miedo a la muerte”, señaló.
El niño de 10 años murió a consecuencia de una bala perdida que entró al negocio donde acompañaba a su papá, disparada durante el atentado perpetrado contra empleados de una empresa cervecera, donde tres hombres más murieron.
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